Utilizado con mayor frecuencia para condimentar preparaciones culinarias, el ajo también tiene acciones terapéuticas insospechadas.
La compleja composición del ajo está dominada por carbohidratos (fructosa e inulina), vitamina C, derivados de sulfuro (aliina y alicina) y fitoncidas, que tienen propiedades quimioterapéuticas.
Los estudios muestran que las personas que consumen constantemente verduras de la familia del ajo tienen un riesgo menor de desarrollar diversas formas de cáncer.
Cáncer de colon y cáncer gástrico
Una copa de vino tinto, ideal para inmunidad.Varios estudios epidemiológicos muestran que en poblaciones donde el ajo entra en la dieta diaria, existe un riesgo mucho menor de desarrollar cáncer de colon y estómago.
La dosis de ajo consumida es de al menos 2 cachorros al día.
Cáncer de esófago y laringe
Investigadores del Instituto del Cáncer de Nanjing en China compararon la incidencia de cáncer en varios miles de personas que comieron 1-2 dientes de ajo al día con la de quienes comieron ajo como máximo una vez al mes.
Red Love Apple. Los suizos lo produjeron en el laboratorio y no te permiten cultivarlo.Los resultados del estudio fueron sorprendentes: el primer grupo de sujetos tenía un 69% menos de cáncer que el segundo grupo.
Muy interesante es el hecho de que, en quienes consumen cebolla y ajo además del ajo, la tasa de inmunidad a estos cánceres alcanza un récord del 83%.
7 alimentos que aumentan la producción de testosterona.Cáncer de recto
Un equipo de médicos estadounidenses de la Universidad de Carolina del Norte, dirigido por la Dra. Lenore Arab, analizó varios estudios realizados sobre consumidores constantes de ajo.
Según el informe, el consumo regular de ajo reduce el riesgo de cáncer de colon y recto en un 10% (para quienes comen principalmente carne) y hasta en un 50% (para quienes, además de ser consumidores de ajo, también tienen un predominio dieta vegetariana, con muchos alimentos crudos).
El ajo debe estar triturado.
Los beneficios de las zanahorias y el jugo de zanahoria.Las moléculas olorosas liberadas al triturar el ajo aceleran la eliminación de carcinógenos tóxicos del cuerpo.
Esta «evacuación» acelerada reduce el riesgo de que estas sustancias ataquen nuestro material genético, ADN, y provoquen múltiples mutaciones que conduzcan a la formación de tumores.
Los compuestos anticancerígenos del ajo sirven como escudos protectores, pero también tienen el poder de combatir los microtumores latentes en el cuerpo.
Ciertos compuestos que se forman cuando se tritura el ajo pueden ralentizar el crecimiento celular.
Sal del Himalaya, una de las fuentes de minerales más puras y ricas del planetaRecomendación
- Es recomendable triturar el ajo en la cáscara con el costado del cuchillo o con cualquier objeto al alcance de la mano y solo luego pelarlo. De esta forma, las moléculas del interior del diente de ajo entran en contacto entre sí y se activan. Deje que se «conozcan mejor» durante unos 10 minutos antes de pelar.
La trituración de los dientes de ajo provoca cambios importantes en la estructura química de la planta: la aliina, una molécula abundante en el ajo, se transforma por acción de las enzimas en alicina, una molécula muy inestable que inmediatamente se descompone en una treintena de compuestos.
Las moléculas recién formadas tienen una actividad anticancerígena extraordinaria, lo que hace que el ajo sea un peón importante en la prevención del cáncer.