
El estrés, los trastornos alimentarios, la infección por Helycobacter pylori, el consumo de alcohol, el uso de medicamentos, todas son causas de gastritis.
Si no se trata, la gastritis (una inflamación del revestimiento que protege las paredes del estómago) progresa a una úlcera, que ocurre cuando se forma una lesión, una erosión en la pared del estómago, debido a jugos gástricos muy ácidos.
Los jugos alcalinos reducen la acidez gástrica, regulan la digestión y «reparan» el epitelio gástrico.
Estos incluyen el jugo de papa, un remedio que es tan «trivial» como efectivo.

Jugo de papa roja
El jugo de papa tiene efectos milagrosos contra la gastritis y la úlcera gástrica.
Gracias a los principios activos del jugo de papa fresca, las secreciones ácidas se regulan cuantitativamente, se restaura el epitelio gástrico y cualquier nicho se cura rápidamente.
Sin embargo, también debe tenerse en cuenta que estos efectos no ocurren en todos los pacientes; en esta categoría de pacientes, los efectos de cualquier tratamiento varían mucho según el tipo individual.

Sin embargo, la tasa de curación es alentadora.
Pelar una calabaza, rallarla y exprimir el jugo.
Consumir 200 ml (1 vaso) de jugo de papa (en combinación con jugo de manzana o zanahoria, para un mejor sabor), 60 minutos antes de cada comida, al menos 3 veces al día, en curas de 4-6 semanas.

Jugo de papa
Por la mañana, en ayunas, beber un máximo de 200 ml de zumo de patata recién exprimido (incluida la cáscara). Después de la administración, se recomienda reposo en cama durante una hora.
La duración del tratamiento es de 10 días consecutivos.

Jugo de papa con miel
Coger 4 patatas medianas, lavarlas muy bien y ponerlas en un rallador pequeño, con la piel. La pasta obtenida se exprime en una gasa puesta en varias capas.
El jugo de papa se mezcla con 2 cucharaditas de miel y se bebe inmediatamente. Se recomienda reposar en cama durante media hora.
El tratamiento se realiza en dos plazos: 10 días de administración del jugo, 10 descansos. Durante este período es bueno reducir (si no se puede descartar) el consumo de pescado y carne.
